Advertencias a los lectores
A fin de no engañar a los lectores sobre el propósito y contenido de este blog, he creído necesario advertir algunas cosas al respecto.
Hipótesis, no afirmaciones
El contenido de estas páginas consiste sobre todo, como el título indica, en hipótesis, no en afirmaciones, por más que quien escribe pueda tener de ellas una firme convicción.
Una afirmación debe ser probada, pero no pueden exigirse pruebas fehacientes a quien tan sólo sugiere unas hipótesis a fin de que sean probadas o desmentidas por quienes cuentan con los medios y conocimientos adecuados para aportar nuevos datos (en este caso, los arqueólogos).
Claro está que eso no hace inatacables a las hipótesis, ya que pueden ser mas o menos probables según la información disponible y tener una mejor o peor base de razonamiento. Aquí se agradece la crítica de las hipótesis presentadas (igual que se critican otras) siempre que sea sin exigir unas pruebas que tan sólo la arqueología puede (y no siempre) descubrir.
Preguntas, no respuestas
Otro elemento clave del contenido de estas páginas son las preguntas. No preguntas retóricas, ni tampoco en busca de la típica respuesta sacada de un libro. Se trata de preguntas para que el lector piense por sí mismo en las distintas posibilidades de respuesta, a fin de suscitar nuevas hipótesis y líneas de investigación.
Parece como si hubiera en el mundo una alergia generalizada a hacerse preguntas sobre las cosas, como si lo correcto fuera únicamente, al ver una pregunta, correr a buscar la respuesta en un libro (web, etc.), y, si tal respuesta no está publicada, evitar pensar en el tema, olvidarlo y ya está. ¿Es buena o mala, tal actitud? ¿Por qué?
Aparente ausencia de bibliografía
Muchos consideran tal ausencia como una prueba segura de la mala calidad de los artículos y de una carencia absoluta de base para el contenido.
Eso sería cierto si se tratara de persuadir al lector de la verdad de afirmaciones, pero no se necesita bibliografía para hacerse preguntas y reflexionar sobre temas tan conocidos por los lectores que su existencia no necesita ser probada.
No tiene sentido, por ejemplo, probar con citas y bibliografía que "muchos autores afirman que Horemheb quiso borrar la memoria de Akhenaton" : son miles los libros y otras publicaciones que afirman tal cosa. Quizá sería interesante incluir tal bibliografía en un libro, pero no en un blog salvo como archivo descargable, y aunque pudiera ser un complemento, no aporta nada a la calidad del contenido.
Además, con la bibliografía también se puede engañar : sabiendo que la mayoría de los lectores no se entretendrá en leer todos esos libros y artículos que para nada prueban lo afirmado, se incluyen para crear una apariencia de calidad, y listos. Estamos demasiado acostumbrados a aceptar lo que se dice más por cuántos parecen apoyarlo que por la relación entre lo dicho y los hechos.
No tiene sentido, por ejemplo, probar con citas y bibliografía que "muchos autores afirman que Horemheb quiso borrar la memoria de Akhenaton" : son miles los libros y otras publicaciones que afirman tal cosa. Quizá sería interesante incluir tal bibliografía en un libro, pero no en un blog salvo como archivo descargable, y aunque pudiera ser un complemento, no aporta nada a la calidad del contenido.
Además, con la bibliografía también se puede engañar : sabiendo que la mayoría de los lectores no se entretendrá en leer todos esos libros y artículos que para nada prueban lo afirmado, se incluyen para crear una apariencia de calidad, y listos. Estamos demasiado acostumbrados a aceptar lo que se dice más por cuántos parecen apoyarlo que por la relación entre lo dicho y los hechos.
Bibliografía sí, pero...
- Cuando la requiera la naturaleza del texto (ideas de otros autores concretos)
- Cuando sea necesaria para demostrar un hecho poco conocido
- Para facilitar al lector la búsqueda de un dato poco conocido
- No para adquirir una apariencia de calidad que puede ser falsa.
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